Miles de jóvenes disfrutaron de Mar del Plata en el último día de los Juegos Bonaerenses 2016. La peatonal y la rambla fueron los espacios más elegidos para pasar sus ratos libres.
El viernes amaneció con un cielo completamente nublado y la presencia de una llovizna que auguró una jornada gris, pero cientos de chicos se acercaron a la costa en el último día en la ciudad. A pesar de que algunas disciplinas aún estaban en instancias finales durante la mañana del viernes, la mayoría de las delegaciones se encontraron libres para disfrutar de las últimas horas en la ciudad. La peatonal y la rambla fueron, naturalmente, los espacios más elegidos por los pibes para pasar sus ratos libres, compartir experiencias con otros de diferentes localidades de la provincia y tomarse la clásica foto con el lobo marino, registro infaltable para los visitantes.
A pesar de que los que llevan años participando aseguran que la adrenalina que infunde competir no se va nunca, los jóvenes que experimentan por primera vez los juegos sostienen que se vive diferente, con una mezcla de nerviosismo y extrema alegría a la vez.
Este fue el caso de Pilar, Fiama y Guillermina, todas de 13 años, quienes vinieron directo de Carmen de Areco, el pasado lunes.
“Queremos volver el año que viene”, aseguró Guillermina con el contundente apoyo de sus compañeras y entrenadora, Florencia quien reconoció que esta primera experiencia fue fundamental para medirse con otras competidoras y evaluar en qué tenían que mejorar.
También puede ocurrir que, en este trabajo de evaluación propia ante los rivales, mucho se sorprendan gratamente por el desempeño realizado. Eso le pasó a Javier (17) quien vino de la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas para competir ajedrez, y si bien no se alzó como ganador, vuelve a casa muy satisfecho. “Gané cuatro y perdí tres, bastante bien. No estaba con la esperanza de ganar, todos tienen buen nivel y estoy contento porque hice lo que me gusta”, aseguró mientras sacaba el celular para tomar su última foto del mar antes de emprender la vuelta.
El éxito también acompañó a los chicos de Morón: Juan (14) y Julián (14), quienes no sólo participaron por primera vez en judo, quedando en 2º y 3º lugar respectivamente, sino que tuvieron la posibilidad de conocer a la flamante ganadora de la medalla de oro de los Juegos Olímpicos 2016, Paula Pareto. “Fue lo mejor”, recordó entusiasmado Julián.
Compartir momentos con jóvenes de otras localidades y conocer la ciudad y el mar, son las actividades que más disfrutan. Este fue el caso de los chicos de Burzaco, quienes se presentaron con 12 competidores para las categorías especiales de lanzamiento de bala y atletismo. “Recorrimos mucho. La playa, la peatonal, el mar”, relató con entusiasmo Micaela(12), a quien la imposibilidad de ver no le quita el deseo de sentir la arena y el agua en sus pies: “Quiero volver”, aseguró feliz y dirigió el pedido a su entrenador, quien ríe a sabiendas que no podrá negarse.
Acompañados de su directora, los chicos de futbol de San Isidro también aprovechar las últimas horas en la ciudad para recorrer la costa. Lejos de mostrarse tristes por no haber alcanzado las instancias finales, uno de los jóvenes de 16 años expresó sin vueltas: “El premio que nos llevamos fue venir a Mar del Plata”.
Quien tampoco quería irse fue la ganadora de la medalla de oro por dos años consecutivos de atletismo especial, Cristina (13) oriunda de Quilmes. “No me quiero volver a mi casa”, aseguró y agregó: “Me gusta estar acá con los profes”.
Muchos competidores volverán a casa sin medalla, pero lo que no puede faltar es la clásica foto con los lobos marinos. “Si no es como si no hubiésemos venido”, aseguró el entrenador mientras les tomaba la foto a Ariadna, Delfina, Candela, Francisco. Ante la consulta sobre si el torneo había alcanzado las expectativas, los cuatro respondieron al unísono: “¡Las superaron!”.